Aunque los vegetales decorativos ostentan también un lado menos amable, como demuestran las poco divulgadas pero muy frecuentes intoxicaciones con plantas ornamentales o de interior, la cuales deberían ser, según algunos expertos, una asignatura obligatoria para aquellos que más se exponen a este peligro: las familias con niños pequeños.
La sequedad de boca, la inflamación de los tejidos bucales, las náuseas, el dolor abdominal, la ictericia, la visión borrosa y las arritmias cardíacas, así como las convulsiones, la hipertermia, la hipotensión y la excitación, son algunos de los síntomas más habituales de las intoxicaciones por plantas, hongos y esporas, cuyo contacto, masticación, ingestión o inhalación son tóxicos.
Para el doctor Josep Piqueras, especialista en Hematología en el Hospital Universitario Vall d´Hebron, de Barcelona, hay “un aumento de las intoxicaciones por vegetales, porque los habitantes de las ciudades son más ignorantes sobre las plantas dañinas que los del medio rural y han perdido su desconfianza natural hacia éstas, y por la tendencia a utilizar y consumir plantas con fines curativos, medicinales o dietéticos”.
Enemigos en casa
Según Piqueras “la mayoría de las intoxicaciones por ingestión de plantas tóxicas son accidentales y se presentan en niños, especialmente menores de 6 años, que con su natural curiosidad e imprudencia y atraídos por su aspecto, consumen frutos y bayas silvestres, en las excursiones al campo”. Pero a veces la amenaza está en la propia casa o el jardín: son las plantas ornamentales.
Entre las plantas tóxicas que causan trastornos más frecuentes figuran el Viscum album (muérdago), el Ilex aquifolium (acebo), las plantas aráceas (diefembaquia, potus, “Esqueleto de caballo”, filodendros, monstera y ruibarbo), el Nerium oleander (adelfa), la Hedera helix (hiedra), la Daphne mezereum (mezereón), la Poinsettia (“Flor de Pascua”) y el Teix (tejo).
Para reducir el riesgo de intoxicación, el doctor Piqueras y otros expertos recomiendan identificar la especie vegetal que se introduce en el hogar, consultando a quien se la vendió o en un libro, a través del nombre botánico en latín, ya que su denominación común varía según las regiones.
El nombre de la planta ha de apuntarse con tinta indeleble en una etiqueta plastificada, colgada en el vegetal.
Otra precaución clave es averiguar con seguridad si la planta que piensas colocar en tu casa o jardín es venenosa. Ciertas plantas nunca deben escogerse para hogares con niños, otras pueden colocarse en una casa con pequeños pero fuera de su alcance y algunas son ideales para una familia con niños.
También es importante que los padres enseñen a sus hijos, cuando tengan una edad suficiente para asimilarlo, que no deben llevarse a la boca o ingerir aquellas plantas que forman parte de la decoración del hogar o el jardín y que les expliquen la inconveniencia de tocar algunas plantas que ornamentan la casa en las fiestas navideñas (“Flor de Pascua”, muérdago, acebo).