Tag Archives: Cultivos

4 consejos para cultivar las rosas

Los antiguos griegos identificaron 4 elementos básicos: tierra, agua, aire y fuego. El éxito de rosa que crece comienza con la debida atención a estos mismos 4 elementos básicos. 
 
 
 
Consiga este la derecha, y usted está bien en su camino a clásicos de rosas que crecen en su propio patio trasero:
 

Del suelo ( tierra ) :

  • Las Rosas prefieren un pH del suelo que van desde 6,5 hasta 6,8.
  • Los suelos con buen drenaje son los mejores para la rosa que crece . Al mejorar el suelo mediante el uso de enmiendas del suelo , no se olvide de estimular el drenaje mediante la incorporación de turba.

Riego ( agua):

  • Requerimientos de riego dependen en gran medida de las condiciones. Como estimación, se puede regar los rosales dos veces por semana. Vigilar la salud y el vigor de las plantas y ajustar en consecuencia que la recomendación según lo exigido por las condiciones de su propia región. Es mejor regar con menos frecuencia – pero regar en profundidad cuando lo hace – que administrar menos profundas, riegos más frecuentes.
  • Evite regar tarde – noche, lo que podría fomentar el moho. El moho es una enfermedad muy común entre las rosas.

Separación ( aire)

  • La rosa que crece en condiciones que no dispongan de un espacio adecuado puede fomentar el moho, también. Deja que tus rosas respiran: no plantarlos muy cerca entre sí. Siga el espaciamiento requisitos para cada variedad en particular en la compra de los rosales, como se indica en la etiqueta de la planta .

Sol (fuego) :

  • Dé a sus rosas por lo menos seis horas de luz solar cada día.
  • Si es posible, deje la mañana proporciona la mayor parte de esas seis horas , ya que el sol de la tarde a veces puede ser un poco intenso para estas plantas. ıdm kayıt şifresi 6.25

Como se cultiva el laurel

Recuerdo la fragancia del laurel, cuando mi abuela cortaba de la planta algunas hojas, para sus sabrosas salsas. Nada como la frescura y calidad de cultivar nuestra propia planta.

Eso sí, era tradición… el que encontraba la hoja de laurel en su plato, mientras saboreaba la preparación, era el comensal que debía lavar todos los platos al finalizar la comida.



Es MUY IMPORTANTE aclarar que estamos hablando del laurel cuyo nombre científico es Laurus nobilis y no se debe confundir con el Laurel-cerezo o Laurel real cuyo nombre es Prunus laurocerasus, que si bien son parecidos, éste último (Prunus laurocerasus) no se debe ingerir porque resulta tóxico.

Para que conozcamos un poco más del laurel, comenzamos por decir que se trata de un árbol originario del área mediterránea, donde crece en forma silvestre en diversos lugares. Su follaje es verde oscuro, perenne y sus hojas y flores son muy aromáticas.


Es de porte erecto y alcanza como máximo una altura de 10 mts. Pero no hay que alarmase sino tenemos tanto espacio en el jardín, porque es un factor que se controla con la poda.
No requiere grandes demandas en cuanto al suelo, sólo que tenga buen drenaje y se puede reproducir tanto por esquejes (de raíz o de tallo) como por semillas.

A lo que si es vulnerable es la las plagas (las más frecuentes son los pulgones y las cochinillas), por lo que hay que ser observadores y no minimizar su aparición.

Si lo haremos habitar en una zona fría, hay que protegerlo en un espacio interior en el otoño-invierno, ya que las heladas lo estropean.
Con el buen clima lo mejor es que goce del sol en el jardín o en la terraza, sin exponerlo al sol directo en las horas de mayor calor, porque se puede quemar.

Se cultiva sin ningún problema en macetones y es habitual darle forma de esfera, pirámide, cono, etc.
Si está plantado en tierra su riego es escaso. En maceta demanda un poco más.

Plantas y Flores para áreas semi oscuras

A veces nuestros jardines se encuentran en zonas bastantes cerradas donde el sol es prácticamente nulo o no es muy intenso. Esto no implica no poder tener  un jardín lleno de flores que den vida a nuestra casa. Por eso, os dejamos algunas ideas para cultivar en vuestros jardines, terrazas y balcones.
No sólo las flores que requieren del sol decoran nuestras casas y jardines. Es un error pensar que las flores son solo para climas soleados y cálidos, ya que existen un sinfín de plantas ideales para lugares sombríos y de climas más fríos.


Por ejemplo, las preciosas hortensias son plantas de sombra o semisombra. Su floración se produce en primavera y dura toda la época cálida aunque no haya mucho sol. Posee grandes flores que van variando de color y decorando nuestro jardín.
Otro ejemplo muy famoso y conocido por todos es la gardenia. Este arbusto de hoja perenne puede iluminar nuestros jardines con su belleza. Y es que sus hojas verdes intensas combinadas son esas flores blancas o amarillentas dan un toque de elegancia a cualquier lugar. Además, también disfrutaremos de su delicado aroma.

La camelia también es una planta que se adata a climas cálidos y fríos. De hecho, en climas muy calurosos se debe proteger del sol.  Cualquier lugar a la sombra es perfecto para ella.  Al mismo tiempo, podréis elegir entre colores como el amarillo, el rosa, o el rojo pasión.

Si queréis incluir arbustos en vuestro jardín, también es posible. Y es que algunos como el boj son perfectos para las zonas más sombrías.

Este es perenne y muy resistente, vive muchos años y puede medir hasta 6 metros de altura. Sus hojas son numerosas y brillantes, y en primavera produce flores sin pétalos de color amarillo.

Otro árbol o arbusto muy recomendado es el acebo.  Esta preciosidad de hojas grisáceas y verdes puede ser perfecto para un jardín elegante. Sus bayas de color rojo darán además un toque especial durante todo el invierno.
Las macetas y contenedores no necesitan regarse mucho cuando la zona es sombría.  Evaluad cuantas horas de luz tiene vuestro balcón para después seleccionar las plantas que se venden para sombra parcial o media sombra.
En este caso podéis optar por las begonias ya que les encanta la sombra y crecen perfectamente en maceta.  Podréis elegir entre una gran variedad con diversos pétalos, colores, etc.  Las más recomendadas son la begonia rex (con matices muy interesantes), la hibrido y la tigre.

También podéis inclinaros por algunas hiedras que se adaptan muy bien a vivir sin sol. Preguntad en vuestra tienda habitual cual es la más recomendada para vuestro clima y colocadla en vuestra terraza.

Os recomendamos mezclar diferentes plantas y alternar colores para crear una explosión de color  y naturaleza aunque el sol sea escaso. 

Como se cultiva el Kiwi

El otoño es la época ideal para plantar kiwis. El actinidia chinensis es una planta trepadora originaria de China. Su cultivo comenzó a extenderse a mediados de los años 70, con grandes plantaciones en Estados Unidos, pero fue su llegada a Nueva Zelanda, ya en los 80, la que impulsó al kiwi a adquirir su fama internacional. Sus hojas son alternas, simples, largas, redondas y caducas, de color verde claro en la zona trasera y más oscuro en la superior. Sus flores pueden ser masculinas, femeninas y hermafroditas. Estas últimas poseen a la vez ginoceo y androce, los dos órganos sexuales, permitiendo su autoreproducción.



Si conseguimos que germine bien y florezca, el kiwi nos obsequiará con unos frutos en forma de cápsula loculicida, de piel oscura y vellosa. Su fruto es una fuente natural de vitaminas C y E, además de ser rico en fibra y bajo en colesterol. Por si esto fuera poco, tiene efectos anticancerígenos, antioxidantes y refuerza las defensas de nuestro organismo. Sabiendo esto, es difícil resistirse a tener alguna planta de kiwi en nuestro jardín. Pero debemos saber que puede tardar hasta siete años en dar su primera cosecha. Tendremos que ser pacientes.
 A la hora de cultivar el kiwi, podemos optar por sembrar semillas o comprar las plantas en un vivero. La primera opción es más lenta, ya que tendremos que lograr una buena germinación para conseguir ejemplares fuertes y resistentes. Las semillas podemos obtenerlas directamente del fruto. Las esparcimos por una maceta convenientemente preparada con tierra rica en materia orgánica, y las regamos abundantemente, tapando la maceta con plástico transparente para conservar bien la temperatura. Es importante dejar el contenedor en un sitio con luz, pero sin que incidan los rayos del sol directamente.
Cuando empiecen a germinar las primeras plántulas, sácalas con mucho cuidado y plántalas en un tiesto individual. A partir de este momento, puedes dejar el kiwi en el exterior, pero ten cuidado porque las heladas fuertes pueden matarle si es demasiado joven. Evita también temperaturas muy altas, ya que es una planta de clima templado y no le vienen bien los excesos. El rango de 20º C a 30º C es su preferido.

A medida que vaya creciendo, es conveniente sacarla del tiesto individual y plantarla cerca de un árbol o estructura que le permita ir trepando. Es importante que esté protegida del viento, ya que puede convertirse en su peor enemigo. Busca un sitio cerca de una pared para ubicarla, será la mejor solución. Procura que sea un suelo sin presencia de cloruros; a ser posible franco arenoso, es decir, que retenga poca agua y drene rápido. Riega la planta con abundancia, especialmente en época de actividad vegetativa. Los expertos recomiendan el riego de microaspersión con baja presión, pero mide bien la cantidad de agua, ya que es sensible a la asfixia radicular.
Polinización del kiwi
Llegado el momento de plantar el kiwi, presta atención al sexo de cada planta. Si es hermafrodita, no tienes de qué preocuparte: ya se encargará ella sola de todo el trabajo. Hay que tener cuidado con algunos kiwis autofecundables que venden en los viveros, ya que suelen ser simples machos. Lo mejor a la hora de plantarles es poner un macho por cada cuatro o cinco hembras. De esta forma, siempre se poliniza alguna.
Entre las 13:00 y las 17:00 horas es el momento en el que existe mayor cantidad de polen suspendido; por esta razón, el fruto del kiwi es muy sensible a la efectividad de la polinización anemófila o a través del aire, e influirá decisivamente en su forma y tamaño.
Consejos prácticos
Aprovecha el invierno para hacer la poda de formación. Hay que ser paciente con el fruto del kiwi; no producirá en abundancia hasta pasado un mínimo de cinco años. En verano, reduce las nuevas ramas hasta cinco yemas. Busca el brote más robusto para conducirlo por el soporte. Es una planta muy resistente a plagas y enfermedades, pero conviene protegerla con una pequeña malla metálica de medio metro de altura. El viento puede arruinar tu plantación de kiwis: préstale mucha atención.

Cultivo y Cuidado del Poto, una planta trepadora para interiores

A la hora de crear un ambiente acogedor en el hogar, los elementos vegetales son uno de los recursos fundamentales. Tallos cortados, arreglos con flores secas y, cómo no, todo tipo de plantas de interior nos ayudarán a crear un estilo propio en recibidores o salones. Entre las más populares encontramos el poto, del género epipremmum, que pertenece a la familia de las aráceas.


Si lo que buscamos es un ejemplar que no requiera excesivos cuidados, esta liana trepadora originaria de zonas tropicales de Asia y el Pacífico es una opción segura. Además, posee una alta resistencia a periodos de sequía y a la contaminación. Sus decorativas hojas de color verde con pequeñas manchas blancas o amarillas llenarán cualquier rincón en poco tiempo, gracias a su rápido crecimiento: puede alcanzar los 40 cm. en un solo año.
Un fácil cultivo
La reproducción de cualquiera de las variedades de poto, entre las que destacan la aureum y la pinnatum, se realiza en primavera, mediante esquejes. Para ello, cortaremos de la planta madre un tallo con nudo y varias hojas. A continuación, lo plantaremos en un recipiente, en un sustrato permeable preparado con mantillo, arena y turba.
Una opción más sencilla es introducir el esqueje en agua. La raíz aparecerá en unas tres semanas y ya podremos cultivarlo en la maceta. Cuando crezca, necesitará mayor espacio para desarrollarse; aunque no es necesario trasplantarlo anualmente, conviene realizarlo cada dos años, siempre en primavera. Asimismo, si colocamos un soporte alargado en el recipiente, los tallos irán trepando a medida que ganan altura.
Los cuidados adecuados
Para que el vegetal tenga un desarrollo óptimo es imprescindible la luminosidad, aunque no es recomendable exponerlo al sol directo, ya que las hojas perderían parte de su intenso color verde. Aunque el riego moderado es necesario, el exceso de agua y los encharcamientos no son apropiados para el poto: las hojas adquieren un tono amarillento y pueden llegar a pudrirse. 

Su salud será inmejorable si abonamos el sustrato durante el verano, para evitar la falta de minerales que provocarían enfermedades como la clorosis férrica. Además, las hojas lucirán todo su esplendor si limpiamos las hojas con un paño humedecido y si vaporizamos ligeramente. Para evitar que el crecimiento del follaje disminuya, podaremos regularmente los tallos
Atento a su salud
Aunque las plagas no suelen ser un problema para el poto, en ocasiones aparecen orugas o lombrices, que causarán agujeros en la superficie de las hojas, cochinillas, que las deforman y se combaten con alcohol o insecticidas, ácaros, que eliminaremos con acaricidas o rociando agua, y trips, a los que aplicaremos productos químicos específicos. 

Las enfermedades son más comunes en estos ejemplares de interior. Entre ellas destaca la clorosis férrica, una deficiencia en los niveles de hierro del sustrato que solucionaremos con abonos ricos en este mineral y regando de vez en cuando con agua de lluvia. Además, también le afectan el pynthium, una clase de hongo que provoca la putrefacción de la planta y erwinia, una bacteria que aparece por un aporte excesivo de abono o por la exposición a bajas temperaturas.

Consejos para los cultivos de febrero

El mes de febrero se encuentra en el medio del invierno y las bajas temperaturas y algunas heladas aún nos acompañan. A pesar de esto, febrero es un buen mes para plantar algunas plantas y hortalizas, y poder disfrutar así de un bello jardín en primavera y verano. Solo hay que esperar a que se vaya un poco la racha de “malas temperaturas” y ponerse manos a la obra para esta nueva temporada.

Lo bueno de esta época es que se pueden plantar muchas especies de plantas y hortalizas, sobre todo si son perennes. Aquí os dejamos algunos ejemplos de los que podréis disfrutar a nivel ornamental y en vuestros platos.



Ajo
Como todos sabéis, el Allium Sativum es perfecto para el huerto urbano. La plantación de ajo debe realizarse a finales del invierno si vuestra cuidad es muy fría, o podéis comenzar ya si el clima es templado.
Tomate
El tomate tiene un cultivo muy fácil y sencillo perfecto para sembrar en nuestra casa. Si no sabéis que hortaliza plantar, sin duda el tomate será una de las mejores opciones. En España, finales de febrero es la época idónea para iniciar la siembra, y si vivís en ciudades más frías, esperad un poco más. Os recomendamos utilizar tierra fértil y seca y colocarlos en un lugar cálido con luz.
Berenjena
Para plantar berenjenas hace falta que el frío este acabando. Por eso, os recomendamos plantarlas cuando la ola de frío esté desapareciendo. Dependiendo de si tu cuidad es cálida o fría, puedes iniciar a finales de este mes o esperar a que acabe el invierno.
Perejil
Esta extraordinaria planta rústica puede plantarse a finales de este mes ya que se adapta a casi todo tipo de climas. Tu huerta será perfecta para cultivar perejil ya que soporta casi todos los suelos y temperaturas. Puede sembrarse casi todo el año, pero febrero es un mes idóneo para su plantación.
Pimiento
El mes de febrero es un mes perfecto para cultivar pimientos, una de las hortalizas más populares. Debemos hacerlo en semilleros, con suelos bien abonados y sueltos. Os servirá una maceta en la terraza, el jardín y el huerto. Elegid la clase de pimiento que más os guste, y ¡a disfrutar!
Zanahoria
Por último, nuestra querida zanahoria. Podéis plantar zanahorias alternándola con otros vegetales que soporten el invierno ya que es una planta bianual de cultivo lento. Tan sólo tendréis que esperar a que vuestros huertos y jardines no estén helados para plantar la zanahoria. Os recomendamos hacerlo con otras plantas como la lechuga y utilizar suelos arenosos y arcillosos.

Aprender a cultivar berenjenas

La Berenjena es conocida como, una planta de la familia de las solanáceas muy conocida y querida por todos. Y es que, esta es muy cultivada en las huertas del mundo por los grandes usos que tiene. No sólo se utiliza a nivel culinario, sino que también es valorada a nivel ornamental y medicinal.



Por eso, hoy os dejamos algunos pasos a seguir si queréis cultivar berenjenas en vuestros jardines, y disfrutar así de su rico sabor y belleza ornamental.

Características
La Berenjena es una planta herbácea de entre 30 y 60 cm de altura que posee un tallo recto, ramificado, velludo y que puede ser espinoso. Además, es bastante frágil cuando se carga de frutos.

Sus hojas son lobadas, grandes y velludas; y sus flores son grandes, con forma de estrella y de color violeta.
El fruto, la berenjena, que es el que nos gusta tanto, puede medir desde 5 a 30 centímetros de longitud, y como todos sabemos, posee una forma cilíndrica, ovalada y alargada. Disfruta de una piel muy brillante y sin rugosidades que suele ser morada o negra debido a los pigmentos “antocianinas” que le dan el color; aunque también existe blanca, amarilla, roja, etc.

Momento de plantar las semillas
Para plantar las semillas de nuestra hortaliza necesitamos un semillero o maceta con perforaciones en la parte inferior que hará que la planta esté drenada.

Debemos llenar el recipiente con tierra bien enriquecida hasta la mitad y regarlo. Se esparcen las semillas por la tierra (unas tres semillas por maceta), se vuelve a cubrir con otra capa de tierra y se riega nuevamente. Se debe mantener a una temperatura muy elevada en el momento de la germinación (unos 30 grados), por lo que podéis colocarla cerca del radiador o en un lugar cálido hasta que salgan los primeros brotes.

El mejor momento para la plantación de las semillas es cuando acaba el invierno (finales de abril), así, al finalizar la primavera podemos pasar al trasplante.
¿Cuándo y dónde trasplantarla?
Una vez que vuestras plantas empiezan a crecer, debéis esperar a que alcancen unos ocho o nueve centímetros de altura para traspasarlas. Son unos dos meses lo que tarda, ósea que el trasplante se realizará en mayo o junio. Este es un momento en el que hay que tener cuidado para no perjudicar a las raíces.

Lo primero es elegir el lugar donde vayamos a colocarlas, ya sea en el terreno de vuestro jardín o en una jardinera o maceta. Es necesario elegir un lugar soleado (10 o 12 horas de sol) y resguardado del frío, ya que esta es muy sensible a las bajas temperaturas. Soporta muy bien las temperaturas elevadas siendo los 24 grados aproximadamente su temperatura óptima. Precisa por lo tanto, un clima cálido con riego abundante, por lo que debemos mantener la humedad durante el crecimiento de la planta. El momento de crecimiento es esencial, por lo que el riego debe ser especialmente abundante en esta fase.

La berenjena prefiere terrenos fértiles y profundos con buen drenaje. Si se cultiva en maceta es recomendable un suelo ligero que contenga una mezcla de arena y turba.
a

Como cultivar plantas comestibles en macetas

El cultivo de plantas comestibles en macetas no es nada complicado, pero necesitaremos un lugar soleado para casi todas las verduras y las frutas blandas. Las plantas altas y trepadoras, como las judías, tomates, guisantes y pepinos, aprovechan las zonas relativamente pequeñas de tierra. 



Las macetas necesitan una profundidad de al menos 30 cm, algo más para cultivos de raíces, como las patatas. Normalmente se debería adjudicar tres litros de abono por planta para favorecer una cosecha razonable. Las plantas pequeñas, como ciertas hierbas, rábanos y cebollas de primavera, se pueden cultivar entre otras más grandes. Plantar tomates con lechugas, es idóneo y muy decorativo.  

Algunas plantas son más fáciles de cultivar en macetas que otras. Es mejor evitar las coliflores, el maíz, el apio, los guisantes, las chirivías y los nabos suecos. Entre los cultivos más fáciles están muchos tipos de lechugas, judías trepadoras, rábanos, cebollas de primavera, remolachas, tomates, pepinos de exterior, calabacines, acelgas suizas, patatas y zanahorias.  

Las berenjenas, los pimientos y los chiles no son difíciles, pero necesitan unas temperaturas más cálidas y más sol para madurar. Las fresas, las moras y los arándanos están entre las frutas más fáciles de cultivar. Los árboles frutales, tales como los manzanos especialmente diseñados que tengan dos o tres variedades sobre un rizoma enano, son perfectos. 

Las bolsas de cultivo llenas de abono que contengan fertilizantes adecuados, son ideales para los cultivos temporales con un sistema de raíces poco profundas, incluidos los tomates en las lechugas. Si se tiene poco espacio, se puede cultivar los pepinos de exterior y lo tomates en cuerdas que estén contra una pared soleada. 

El cultivo 

Comenzar sembrando semillas para verduras tiernas a principios de primavera bajo cristal, fraguándolas y plantándolas fuera una vez que el peligro de heladas haya pasado. Regularmente alimentar y regar todas las verduras en macetas y comprobar constantemente que no haya plagas ni enfermedades. Con sólo un pequeño cultivo por el que preocuparse, podemos quitar cualquier plaga manualmente. 

Los maceteros tienden a secarse y el riego es por lo tanto de vital importancia, ya que la mayoría de las verduras están compuestas por un 90% de agua y sufrirán muy rápidamente en condiciones de sequía. Para mantener el buen crecimiento de todos los tipos de verduras y de frutas, el suministro de agua debe ser adecuado y regular. 

También merece la pena dedicar un par de jardineras de ventana a varias hierbas culinarias: el perejil, el tomillo, la albahaca, los perifollos, las cebolletas y el cilantro son todos excelentes. Las macetas más grandes, en el lado de la puerta, se pueden plantar como romero o laurel, pudiéndose adiestrar ambos para crear una vista atractiva

Aprendiendo a cultivar el tomate

La primavera se acerca y, si queremos disfrutar de ricos tomates este verano, es el momento de ponernos a trabajar.  No solo es una hortaliza  muy saludable repleta de vitaminas y minerales, sino que además, su cultivo es muy  sencillo y cómodo. Por eso, si estáis pensando en cultivar el tomate en casa, tomad nota de los siguientes pasos.


¿Qué necesitamos?
Semillas: Lo primero que tenemos que hacer es conseguir  las semillas del tomate.  En casa, seleccionamos los tomates más maduros, los partimos por la mitad y sacamos el jugo con las semillas a un vaso. Lo mantendremos tres días para que fermente y poder proceder a su lavado. Los tres días posteriores  serán para su secado. Si no queréis obtenerlos vosotros mismos, recordad que también podéis comprarlas.

Tierra. La podemos mezclar con moho, estiércol o fertilizantes ó directamente, comprar sacos de tierra que portan sustratos especiales.                                                             

Maceta: necesitamos un recipiente como una maceta, contenedor o bandeja.  Es aconsejable que sea de unos 50 cm de profundidad  y de diámetro y con agujeros en la base. Es recomendable que la maceta para cultivar sea de plástico.
¿Cuándo  y dónde cultivarlo?
Dependiendo de la cuidad en la que nos encontremos, los meses para la siembra variarán. En España, finales de febrero y principios de marzo es la época idónea para iniciar la siembra.

Si vivís en ciudades muy frías, esperad un poco más. Pero, si por el contrario vuestra cuidad es de clima cálido y falta poco para la primavera, adelante. Ya es el momento para sembrar y poder realizar después, su trasplante.
El tomate se puede cultivar desde febrero hasta junio, así que  ya podemos empezar a preparar el contenedor. No podemos olvidar que hay que plantar las semillas unos dos meses antes de trasplantarla, que se hará con temperaturas más elevadas.

El tomate puede ser cultivado en muchos tipos de tierra, pero será mejor que sea tierra fértil y seca. El pH recomendado gira en torno a 6. Asimismo, podemos mejorarla con materiales orgánicos como el estiércol. Si la tierra es arenosa podemos utilizar también fertilizantes.

La ubicación será esencial para su crecimiento por lo que debemos asegurarnos de que el lugar es cálido y le da la luz.
¿Cómo cultivarlo?
Lo primero es preparar la maceta. En esta tenemos que  echar la tierra con un sustrato de calidad hasta la mitad. Añadimos un poco de agua y esparcimos las semillas separadas entre sí. Después, rellenamos la maceta con la tierra restante que puede mezclarse con  fertilizantes.
Las semillas tendrán que estar a 1cm aproximadamente de profundidad y podéis cubrir la jardinera con un plástico, pero siempre manteniendo la ventilación y sin tocar el sustrato.

Para que crezcan con fuerza, la expondremos al sol directo por lo menos medio día (mínimo 6 horas) y controlaremos su riego.

Cuando nuestra planta llegue a los 15 cm de altura aproximadamente y deje ver sus primeras hojas, significa que es el momento de trasplantarla a su lugar definitivo.
Cuidados

Los cuidados de esta planta son mínimos. Solo bastará con saber que requiere una gran cantidad de agua y un clima cálido.
– Necesita un clima caliente. Su temperatura ideal es de 20 °C, aunque con 15 °C ya puede crecer.

– El riego es fundamental. Necesita mucha agua, así que lo haremos una vez al día.

– Al sustrato lo podemos enriquecer con compost.

– Un buen drenaje es esencial  porque no podemos permitir que se encharque. La maceta debe tener un buen desagüe.

Aprendiendo a cultivar calabazas

El verano se acerca y, si queremos disfrutar de ricas calabazas con el buen tiempo, es el momento de ponernos manos a la obra y sembrar.  La calabaza no solo es una hortaliza  muy saludable repleta de vitaminas y minerales, sino que además, su cultivo es muy  sencillo y cómodo. Por eso, si estáis pensando en cultivar calabazas, tomad nota de los siguientes pasos.
Propiedades y usos de la calabaza
Antes de cultivar calabazas, debemos saber todas las propiedades y usos de esta. La calabaza es una hortaliza rica en vitaminas(A, B, C y D)  y minerales (potasio, calcio, hierro…),  que ayuda a la visión, la cicatrización y la próstata, y que además, dado su alto contenido en agua, es muy diurética y depurativa. Además, no engorda, ya que su contenido en grasa es muy escaso y ayuda a prevenir el estreñimiento por su efecto laxante.

Dadas todas las propiedades que la calabaza posee y su rico sabor, su uso en la cocina ha sido todo un éxito. Países como México, Chile o EEUU utilizan su fruto en gran variedad de sus platos. En el Mediterráneo tampoco se queda fuera de la gastronomía. España e Italia la tienen muy presente en la cocina y sus semillas pueden utilizarse para la fabricación de aceite.
La calabaza, no solo se utiliza a nivel gastronómico y medicinal, sino que además, es muy común su uso ornamental. Por ejemplo la calabaza gigante en fiestas como Halloween.
¿Qué necesitamos?
Semillas: precisamos conseguir semillas de calabaza. En este sentido, será muy importante hacer una buena selección de estas. Podéis obtenerlas vosotros mismos de otras calabazas (seleccionar siempre las del centro del fruto) o comprarlas en vuestra tienda más habitual. Antes de proceder a la siembra, es aconsejable dejarlas en remojo un día antes.
Os recomendamos en esta época la siembra de calabazas de verano que tienen la piel más fina y crecen en un par de meses, o los calabacines.
Tierra: la calabaza no es muy exigente en cuanto al terreno. De hecho, crecen en terrenos no tratados sin mayor cuidado. Podéis sembrarla en vuestro huerto en un lugar soleado o comprar tierra para el cultivo en maceta.
                                                                   
Espacio: el mayor problema de la calabaza es que requiere de gran espacio para su crecimiento por ser una planta rastrera. Es recomendable por eso para huertos que no sean muy pequeños. Solo se podrán cultivar en maceta algunas variedades de calabaza enana. En este caso, la maceta debe tener un espacio de mínimo 50 cm para el crecimiento de las ramas.
¿Cuándo  y dónde cultivarla? 
La calabaza es una hortaliza que no soporta el frío. Por eso, los meses de mayo y junio, y la llegada del calor, son una época perfecta para iniciar el cultivo de la calabaza. 
Desde finales de mayo hasta mediados de verano se puede cultivar este rico vegetal. Tened en cuenta siempre que depende en la zona en la que viváis las temperaturas cambian. Por eso, si vivís en una cuidad fría, podéis atrasar un poco la siembra, y si vuestra ciudad es cálida y el verano ya se siente en el ambiente, adelantadla.

Los primeros frutos se ven a los tres meses. Por eso, si iniciamos ahora su cultivo, veremos crecer las primeras calabazas antes de que el verano acabe si nuestra variedad es una variedad de verano.
La calabaza no requiere un suelo especial y de mucha calidad. Prefiere suelos sueltos y con un pH recomendado entorno a 6. No es recomendable utilizar compost para su cultivo.
La ubicación será esencial para su crecimiento por lo que debemos asegurarnos de que el lugar es cálido y le da la luz en abundancia.
¿Cómo cultivarlo? 
Si se planta una calabaza enana en maceta, lo primero es preparar esta. Tenemos que  echar  tierra hasta la mitad, esparcir las semillas dentro de la maceta (tres o cuatro semillas), echar un poco de agua y cubrir con más tierra.
Si la plantación se realiza en el huerto, debemos dejar un hueco de unos dos metros en función del tipo de calabaza que sea. El suelo debe estar drenado y ventilado.
El riego será fundamental en el momento de la siembra sobre todo si no llueve nada. La temperatura debe ser de más de 20°C y la exposición directa al sol. Si se cultiva en maceta, tendrá que situarse en la ventana.
El momento del trasplante debe producirse cuando el sol inunde nuestros días y no haya ningún riesgo de bajas temperaturas. Así, en otoño podremos recolectar nuestras estupendas calabazas. Veremos crecer los primeros frutos en unos meses según la variedad que hayamos elegido.
Cuidados
Los cuidados de esta planta son mínimos. Solo bastará con saber que requiere una gran cantidad de agua y un clima cálido.
El riego es fundamental para la calabaza. Por eso, durante los primeros 20 días, la regaremos cada tres días. Es importante saber que debemos suspender el riego una semana antes de la cosecha.

Además, necesita un clima cálido y bastante espacio para su crecimiento.  La temperatura óptima durante su crecimiento es de entre 15°C y 25°C y debe estar expuestas al sol. Una buena luminosidad ayudará al crecimiento y posterior fruto beneficiosamente.