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Muchas son las veces que nos preguntamos (o nos ponen como consigna averiguarlo como tarea escolar) cómo respiran las plantas. En tanto seres vivos, ellas respiran y tienen muchas otras funciones fisiológicas de las que depende su correcto desarrollo y crecimiento. Dentro de las funciones respiratorias, una se destaca por su particularidad: la fotorrespiración.
Se trata de un proceso físico-químico que ocurre en el mesófilo de la hojas. Para que suceda se requiere presencia de luz y una elevada concentración de oxígeno.¿Por qué decimos que es físico – químico? Porque involucra reacciones físicas como respuesta a fenómenos fotoquímicos, a saber: se produce el cierre de estomas con lo que la planta intenta evitar exceso de pérdida de agua, especialmente cuando las condiciones ambientales son secas y calurosas.
¿Qué organelos celulares participan activamente de este proceso? Básicamente son tres: el cloroplasto, el peroxisoma y la mitocondria. Muy especialmente en época de verano, la planta será capaz de acelerar la respuesta y aumentar la frecuencia con la que cierra y abre sus estomas para evitar pérdida de la valiosa agua. Así es que, el oxígeno generado en el proceso fotosintético común, comienza a alcanzar altas concentraciones.
Como suma de esta cadena de acontecimientos, la fotorrespiración en cierta forma ” invierte” produciendo gasto de RuBP y CO2; si bien es un proceso de gasto energético, el saldo final compensa ya que el resultado es la ganancia de tres moléculas de carbono en los 3-fosfoglicerato y en el balance se pierde un átomo de carbono en el CO2 liberado.
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