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Señales de primavera. Sí amigos: ya falta menos…, apenas en un par de días entramos en el mes de la primavera (por lo menos para el hemisferio norte) y todo parece cambiar, tanto lo físico como lo espiritual. No sé qué cosa es consecuencia de qué, es decir: si nuestro estado de ánimo y energías se renuevan por el cambio de aire y los arreglos que hacemos en el jardín, o esos cambios nos renuevan a nosotros.
Como sea…, yo estoy convencida de que las personas tenemos una especie de ciclo vital que acompaña esa revigorización primaveral de la naturaleza. Personalmente ya he comenzado a pensar en una renovación de mis flores; por lo general evito aclarar (podar) demasiado pronto en invierno, ya que quiero minimizar los posibles daños a la planta durante finales del invierno olas de frío, especiamente si se presentaran heladas tardías.
Sin embargo, a veces hay fines de invierno o principios de primavera que presentan señales contradictorias. Los árboles y arbustos de pronto dan capullos más “gordos” de los que uno habría esperado a finales de enero, algunos de los bastones de la frambuesa pueden incluso estar en crecimiento. De pronto alguna campanilla blanca solitaria está en flor, pero no hay indicios de sus compañeros, los narcisos, que a menudo aparecen temprano.
Si las señales son contradictorias, ten cuidado: el mayor riesgo son las heladas tardías y te recomiendo postergar algunas tareas para proteger las plantas y no dejarlas tan “desnudas”. Una buena idea es amontonar un poco de cortezas sueltas, virutas de corteza, alrededor de las coronas y pie de arbustos más sensibles, comomedida de protección. Puede que en tu zona aún no sean tan claras estas primeras señales, pero es alentador ver el sol cuando sale y te aliento a renovar energías, planificar tus cultivos, ir visitando viveros, pensando en enriquecer el suelo etc etc.
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