Cultivar azaleas es relativamente sencillo: se trata de una hermosa planta resistente al frío -especial para darle color al más triste de los inviernos- y por este motivo una de las más elegidas para embellecer parques, plazas y otros espacios públicos.
Sin embargo, esto no quiere decir que puedas descuidar tus azaleas y nada pasará… Al contrario, porque al igual que otras plantas, estas variedades son sensibles al ataque de algunas enfermedades, como la septoriosis y la lepra.
La septoriosis -también llamada socarrina- es provocada por el hongo Septoria azaleae. ¿Cómo actúa? Inicialmente se secan las hojas, para luego dar lugar a la aparición de manchas primero amarillas y después rojizas y negras.
Esta enfermedad aparece principalmente durante la primavera, favorecida por la elevación de las temperaturas. Y tiene especial predilección por los climas cálidos y húmedos. Para eliminarla lo más recomendable es quitar todas las hojas enfermas, aunque también existen en el mercado productos específicos para combatir el hongo.
En cuanto a la lepra, es causada por un hongo muy común en el Mediterráneo, el Exobasidium rhododendri, que provoca amarrilleo, ampollas y deformaciones en las hojas. Aquí también es fundamental la vigilancia para cuidar tu azalea: si detectas la enfermedad de entrada -retirando las hojas atacadas y utilizando oxicloruro de cobre como fungicida- podrás hacerle frente a esta peligrosa de nuestras plantas.