Como se debe cuidar la flor de pascua

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Cuando hablamos de flor de pascua cuidados nos referimos básicamente a aquellos que debemos de tener en cuenta cuando la compramos y llega a nuestro hogar. Si tenemos los suficientes conocimientos y sensibilidad, podremos disfrutar de nuestra flor de pascua o Poinsettia durante mucho más tiempo.
Poinsettia roja
Lo primero es elegirla bien en nuestro centro de jardinería, floristería, gran superficie o tienda especializada. Miraremos que no tenga hojas amarillas, ramas rotas, flores estropeadas, que no tenga ninguna plaga, etc.
Normalmente se venden embolsadas para facilitar su transporte. Para verlas bien deberemos retirar con cuidado este envase.
Una vez en el hogar le retiraremos su envase y le quitaremos cualquier hoja que pudiera estar dañada o veamos que esté amarilla.
La regaremos en la cocina o en el baño y dejaremos escurrir el agua sobrante del sustrato. Si se puede regar por inmersión mejor y si además es con agua de lluvia o de grifo reposada durante 24 horas mejor.
El agua de riego es muy importante. Cuando utilizamos agua potable, es recomendable tener un recipiente con esta agua con más de un día de reposo. En este tiempo se habrá evaporado todo el cloro que se le aplica para su potabilización y que perjudica al sistema radicular de las plantas en general.
Elegiremos el lugar que va a ocupar nuestra flor de pascua, teniendo como norma que tenga una buena iluminación cerca de una ventana pero procurando que no esté cerca de fuentes directas de calefacción como radiadores o salidas de aire acondicionado.
Uno de los principales cuidados de la flor de pascua es el riego. Los siguientes riegos tras el primero deben de ser con moderación, con la calidad de agua antes mencionada, dirigidos directamente a la maceta y evitando mojar sus brácteas y flores. Por supuesto, si le ponemos un plato o bandeja debajo de la maceta, tras drenar el sustrato retiraremos el agua sobrante para evitar que se pudran sus raíces.
Una vez al mes hasta el mes de marzo la podemos abonar con un equilibrio 1-1-1 y a dosis bajas recomendadas por el fabricante.
Al mes aproximadamente, puede que comience a caerles algunas hojas. No nos preocupemos.
Y cuando el día comience a alargar y las temperaturas a ser más suaves, podremos podarlas y sacarlas al exterior. La poda se realizará sobre todas sus ramas y sobre la tercera o cuarta yema de cada una de ellas comenzando a contar desde su base.
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