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Aparentemente el Ruscus aculeatus parece una planta normal muy utilizada como verde ornamental en la confección de ramos de flores. Hasta aquí todo parece normal, hasta que cuando entramos en detalles vemos que algunas cosas no son lo que parecen y otras son simplemente curiosas.

Originario de Eurasia y en Europa, el Ruscus aculeatus crece principalmente en el sur del continente. Es un arbusto perenne, siempre verde, perteneciente a la familia de las liliáceas que emite largos tallos que superan fácilmente el metro de longitud. Su nombre científico es como decimos Ruscus aculeatus, aunque también es conocido popularmente con otros muchos nombres como por ejemplo ‘Rusco’, ‘Acebillo’, ‘Brusco’, ‘Acebo menor’, ‘Arrayán salvaje’, etc.
Entrando en sus curiosidades, la primera es que mantiene plantas masculinas y femeninas por separado, aunque ambas son semejantes en su aspecto.
Otra curiosidad, quizás la que llama más la atención, son sus ramas falsas hojas. Sus verdaderas hojas son prácticamente invisibles y lo que parecen hojas son, en realidad, los filocladios, unas extensiones de los tallos en forma de hojas oval-lanceoladas acabadas en una pequeña espina.
Su floración es emitida precisamente sobre estas extensiones de los tallos. Son de color verdoso-blanquecinas y pasan casi desapercibidas, sin valor ornamental. Las flores femeninas presentan seis segmentos florales y las masculinas tres estambres soldados y como decimos, en plantas diferenciadas.
Tras su fecundación, sus frutos se transforman en bayas globosas de unos 10 milímetros de diámetro y de un color rojo brillante muy atractivo, que al estar en esta posición parece que salen directamente en mitad de las hojas (falsas hojas).
Otra de las curiosidades del Ruscus aculeatus la tenemos en el jarrón con el arreglo floral del que forma parte. Al no ser verdaderas hojas y sí una extensión del tallo, vemos como con los días el resto del ramo se va marchitando mientras que el Ruscus aculeatus continúa siempre verde y durante varios meses. El tiempo parece no pasar para él y lo hace aparentar una planta inmortal.
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