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Enclavada en un lugar privilegiado y con vista a una laguna, esta pileta está pensada para disfrutar del verano. El proyecto es de su propia dueña junto con el arquitecto y constructor Emilio Maurette (h). De estilo muy particular, el interior está recubierto en pórfido de diferentes tonos, que le proporciona al agua un color original. La intención es que la pileta semeje la laguna o un río. Mide 10 metros de largo por 5 de ancho, tiene un sistema de filtrado común y cinco bocas de luces para su iluminación (alógenas).
Para decidir los materiales de la pileta se pensó en colores oscuros para que no reflejen el sol y favorezcan la observación del entorno: venecitas azules y un deck de madera de lapacho. Por dentro tiene un borde perimetral en el que un adulto hace pie, una parte baja y otra de 2m de profundidad, además de una playita de 30cm para los más chiquitos y un banco en forma de “L” para sentarse a tomar sol. El solárium es de madera, de unos 3×6 metros. Está ubicado de modo tal que se puede tomar sol mirando hacia la pileta.
En días soleados, la laguna se ve azul y se funde con el agua de la pileta a través de su borde infinito. La climatización permite asignarle una temperatura determinada y no representa gran diferencia en el consumo de gas.
En el solárium se realizó un sector húmedo dentro de la pileta, con un solo escalón de 20cm para colocar reposeras, y un sector seco y cálido, logrado a través de un deck que parece flotar sobre el agua, con una palmera para descansar a media sombra. Los bordes de la pileta se unen es sus cuatro límites con el jardín. Para el lateral que mira a la laguna, se realizó el clásico borde infinito.
Esta pileta rectangular, de 15 metros de largo por 5 metros de ancho, es ideal para nadar. Dos de sus lados desbordan por un pequeño muro de piedras colocadas horizontalmente. Aprovechando el desnivel del terreno, se construyó un deck de madera desde la galería, a nivel, mientras que el otro borde tuvo que nivelarse con el muro con desborde. Es allí donde se forma una pared de agua que le da un atractivo especial al sector de la pileta. El interior está revestido de pequeños azulejos cuadrados de color azul celeste. Una fina línea de travertilit separa el deck del agua, y remarca las proporciones del espejo.
Esta pileta está ubicada frente a la galería principal, pero a otro nivel para no interferir con la vista a la laguna. El solárium se ubica cerca del muelle. Un patio con un damero es el remate del espejo de agua. Se utilizó el mismo material que bordea la pileta, combinado con cuadrados de grama bahiana. De este modo, se logró una transición entre el dinamismo y la contemplación de un extremo y de otro de la pileta. Para otorgarle un romanticismo de estilo francés (estilo que dicta la arquitectura), se plantaron unos cerezos, que son los primeros en recibir la primavera y en focalizar las vistas hacia ese sector. Un borde infinito en el lateral más largo permite al nadador tener la sensación de estar en la mismísima laguna.
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