Dentro de la estructura y el diseño de un jardín, los senderos que lo atraviesen son de gran importancia. La jardinería general los toma como elementos fundamentales en relación a las divisiones y los diferentes sectores que se creen en el jardín.

Los caminos pueden ser de diferentes formas. Unas de las diferencias más importantes entre los diversos tipos de senderos que se pueden construir, radica en la importancia y la ubicación de cada. Los caminos principales, aquellos que son más transitados y directos hacia el hogar u diferentes construcciones del terreno, deben ser más resistentes y durables que los caminos secundarios, aquellos menos transitados y ocultos, los cuales llevan a zonas más distanciadas o privadas del jardín.

Dentro de los caminos principales, una de las opciones más destacables es la del camino de piedra. Habitualmente, los senderos principales en un jardín se hacen de hormigón o baldosas, en cuanto a los caminos de piedra, también son adecuados para esta función, contando con una importante carga estética y rústica, además de ser bastante más económicos que los otros.

Para empezar, los materiales con que se puede elaborar el camino de piedra son: las piedras de mármol, las piedras calizas, los granitos, los basaltos o las areniscas.

Es muy importante que las piedras cuenten con un grosor de importante, de lo contrario, las piedra adquirirán una fragilidad inconveniente para la función de camino principal. A su vez, las piedras rotas también pierden la resistencia que buscamos, por lo que debemos trabajar con atención para evitarlo.

Es aconsejable que las piedras que se utilicen sean colocadas con una separación mínima, de uno diez cm aproximadamente. La disposición de las piedras es el aspecto fundamental de la tarea, para la cual todo depende del terreno en que se haga, pudiendo aconsejar únicamente que tengan el borde liso, sean utilizadas en los contornos de la senda.