Las maravillas están disponibles en varios tipos, que van desde las que soportan las condiciones más extremas de sequía hasta aquellas que soportan las condiciones más extremas de humedad. Hay algunas híbridos que ofrecen una combinación de esas características, pero son estériles.

Las maravillas tienen hermosos colores amarillos, dorados y naranjas, variando su aroma desde los más fuertes a los más suaves.

Las maravillas son para ser plantadas en lugares con mucho sol, con un suelo bien drenado. Las plantas más pequeñas se pueden poner a 9 pulgadas de distancia mientras que las más grandes deben ir a unas 18 pulgadas de distancia.

Las maravillas no requieren de mucho cuidado durante el periodo vegetativo, sin embargo, los síntomas de marchitamiento son evidentes cuando están sedientas de agua, ya que sus tallos y hojas no son tan resistentes.

La regla de oro para regar las maravillas, es cuando el suelo este seco. Hay que humedecer el suelo y evitar empaparlo. Para mantener la floración y la apariencia de las flores, hay que ir sacando aquellas flores que están en mal estado.

No es necesario fertilizar las plantas de maravilla, sin embargo, puede aplicarse un fertilizante equilibrado.

Las maravillas siempre están libres de plagas y insectos, ya que tienen un aroma y sabor amargo que los repele. Los saltamontes si podrían llegar a dañar estas plantas, no así otro tipo de insectos.

Si hubiera mucha temperatura y baja humedad, los ácaros podrían también hacer de las suyas, lo que se puede mejorar si se lavan las plantas con una solución jabonosa.

Hay un virus muy difícil de combatir que puede atacar a las maravillas, matando las plantas de raíz. Cuando este virus ataca, lo único que queda es tirar la planta y reemplazarla por otra nueva (tierra incluida).