Lo fundamental en este proceso es permitirles a las flores marchitarse en la planta para permitir que el fruto complete su maduración. En algunos casos se verá el fruto claramente formado; en ese preciso momento, y no antes, se cortan para secar, aunque también es factible permitirles evolucionar naturalmente.
Muchas veces los frutos tienden a abrirse cuando secos y las semillas se diseminan espontáneamente. Esto sucede en el caso de los brincos (Impatiens balsamina), cleomes (Cleome spinosa), nicotianas (Nicotiana sp) y espuelas de caballero (Delphinum consolida), entre muchos otros. Lo más prudente, entonces, será cosecharlos antes de que se sequen completamente o adoptar una medida de precaución como envolver los frutos aún verdes en una bolsita de papel o de tela antihelada para no perder las semillas. Por otra parte, siempre se debe recordar que tanto flores como frutos se recolectan en días de sol, evitando las jornadas posteriores a las lluvias.
Los frutos con pulpa o carnosos (tomates, pimientos o zapallos) deberán secarse al sol antes de almacenar sus semillas definitivamente. En el resto de los casos, cuando los frutos cosechados no se terminaron de secar, deben colocarse en ambientes secos y frescos, ya sea colgados hacia abajo, en bolsas de papel o sobre papeles de diario. Allí podrán permanecer hasta el momento de sembrar, cuando se retiran las semillas rompiendo los frutos secos y eliminando los restos de tallos u hojitas.
Si queremos que las semillas duren más, deben limpiarse y guardarse en frasquitos herméticos. Una solución práctica es utilizar los de rollos de fotos. El poder germinativo de las semillas varía según la especie y, sobre todo, según el tipo de semillas. Las de cáscara más dura e impermeable tienden a conservarse mejor, mientras que las de cáscara blanda son más proclives a humedecerse y echarse a perder. De todos modos, es importante tener presente que las semillas obtenidas con métodos caseros no suelen durar más de dos años
PROCEDIMIENTO
1. Corte las flores marchitas de Zinnia.
2. Colóquelas en un ambiente seco y fresco para que se terminen de secar
3. Desgrane los centros de las flores secas y deje caer las semillas
4. Guarde en sobres consignando especie y fecha de la recolección