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– Limitar los riegos al mínimo; esta es época de reposo.
– Pulverizar el follaje con agua cada 3 días, para crear humedad ambiente y compensar la sequedad generada por la calefacción.
– Regar a temperatura ambiente.
– Recortar las hojas secas y amarillentas, para que no se desluzca la planta.
– Como la intensidad lumínica disminuye y se acortan los días, es conveniente agrupar las macetas más cerca de las ventanas.
– No fertilizar las plantas de hoja hasta la primavera, y disminuirlos de a poco en las que tienen flor, como las Spathiphyllum, Anthurium, Saintpaulia jonantha (violeta africana).
– Realizar podas de limpieza de ramas secas y entresacado de ramas, para mantener el volumen deseado de enredaderas y arbustos. La poda controla dimensiones.
– Incorporar compost a las macetas o jardineras en las que haya bajado el nivel de tierra, sin tapar el cuello de las plantas.
– Dividir matas de las herbáceas que florecen en primavera y verano para que sus raíces, rizomas o tubérculos, no presionen las paredes de las macetas y causen rajaduras.
– En zonas con heladas, mantener el follaje para que proteja las raíces hasta los primeros calores primaverales. En la latitud de Buenos Aires o lugares protegidos, cortar el follaje para que no desluzca la planta.
– Controlar que los drenajes de las macetas que estén en perfecto estado, de no ser así agujerear con un taladro los laterales inferiores para que drene el exceso de agua.
– Trasplantar las especies que hayan desarrollado un gran volumen aéreo durante el año, a macetas más grandes con un sustrato compuesto por tierra negra, humus de lombriz, resaca, turba y perlita, para lograr un mejor crecimiento primaveral.
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