El aroma de la lavanda es muy apreciado, así como sus hermosas flores, cuyo color ha dado nombre a una tonalidad, dentro de la gama de los malvas o violetas. Además de su perfume, la lavanda también es utilizada para infusiones por sus propiedades relajantes.Esta planta aromática crece en cualquier clima, lo que necesita es estar al aire libre, recibiendo luz solar, sobre terreno neutro o alcalino. No necesita un riego excesivo, ya que las raices se pueden pudrir.

Florece y se reproduce al inicio del verano, en esta temporada puedes recoger las flores para secarlas y almacenarlas en bolsitas de tela, para perfumar el interior de armarios y cajones. El procedimiento es muy sencillo, cuelga los tallos boca abajo en manojos, en un lugar seco y ventilado hasta que estén completamente secos, luego separa facilmente las flores, las cuales puedes conservar en recipientes de vidrio y porcelana, lejos de la luz y el calor. Así podrás elaborar tus bolsitas aromáticas cuando desees.

Entre las propiedades curativas de la lavanda, nos encontramos con que es ligeramente sedante, ayuda a combatir el estrés o el insomnio, y algunos tipos de dolor de cabeza o migraña.