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Cultivar espárragos es una tarea que requiere una paciencia enorme para ver los resultados, ya que luego de unos 2 años recién comienza la producción y de ahí en adelante, ya tienen para 25 años de producción incesante de este exquisito vegetal.
La plata de espárragos es un tipo de planta perenne, que emerge durante cada primavera, y que a pesar de no gustarle el frío invernal, soporta las heladas superficiales sobre la tierra.
Para cultivar espárragos, lo primero es elegir bien la semilla, para lo cual se recomienda elegir la planta macho para mezclarlas con las plantas hembras, que son las que dispersaran las semillas sobre el jardín después. Las semillas por lo general son repartidas y comidas por las aves, así que un espantapájaro es una buena idea para este tipo de cultivo.
Para plantar las semillas, se necesita una zanja de 30 centímetros de profundidad y anchura, y 1 ½ metro de separación entre cada planta. Hay que aplicar compost entre medio de la semilla. Apenas comiencen a aparecer los brotes, vayan cubriendo con compost o abono las raíces de la planta y mantengan siempre bien regada la planta, con un buen drenaje.
El primer año de la planta, hay que dejarla sin cosechar, de modo que la planta se desarrolle bien para su cosecha durante el segundo año.
Cuando la planta de espárragos ya es madura, digamos desde los 5 años para adelante, se puede extender el tiempo de la cosecha y empezar a sacarla apenas se vean las puntas de lanza, sin embargo, mientras más joven la planta, hay que esperar a que las lanzas estén bien gruesas para sacarlas y luego hay que dejarla crecer nuevamente.
Las lanzas que crecen por fuera del tronco central, por lo general no son buenas para comer, así que se apartan hacia un lado. Los espárragos son muy resistentes a las enfermedades, y son muy ricos para comer, por lo cual diría que es un cultivo que vale la pena hacer y esperar.
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