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A todos nos gustan las fresas en el jardín, por un lado porque son aromáticas y por otro, porque son muy bonitas y coloridas. Las fresas tienen hojas dentadas y su origen es una maleza, por eso es una planta que ama la frescura.

Una buena iluminación ayuda a que las plantas de fresas den más fresastodavía, aunque tienen que procurarle un suelo rico en nutrientes también. Hay varias variedades de fresa. La Rabunda tiene buen sabor y rendimiento. Hay una variedad que llega a tener un fruto de 50 gramos, incluso las más grandes de esta variedad, Gento Humm, llega a pesar 75 gramos. La variedad Ostara es la más sensible a la sequía y es también muy productiva.

Las fresas no crecen en un jardín y ya les explicaré, aunque si crecen durante todo el año, pero su siembra debe ser entre los meses de agosto a octubre en los países de Europa. Entre los cuidados de la fresa, están el mantener la tierra bien abonada con compost, mantener las raíces cubiertas y cubrir las plantas con una red malla que evite los ataques de los pájaros.

Entre las enfermedades más comunes de las plantas de fresa, están los hongos, de diversos tipos, que causan la pudrición de las frutas y las flores.

Las fresas crecen siempre en huertas bien cuidadas y mantenidas, por eso les decía que no crecen en jardín, al aire libre, ya que son plantas muy sensibles a la temperatura, al ataque de los pájaros y a la falta de agua.
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